Acabamos de venir de Dublín, ciudad que no conocíamos y en la que hemos estado apenas 3 días. Al ser tan poco tiempo hemos tenido que aprovecharlo al máximo y las caminatas han sido importantes. Museos, catedral, campus, calles, pubs, cárcel, monumentos... mogollón de cosas que se mezclan todas juntitas y que dudo que mi memoria sea capaz de rescatar más que dos o tres de ellas. Pero hay algo, o alguien, que entró de lleno a la zona vip de mi capacidad retentiva: la Mostacha.
Hacer una carta de presentación de la susodicha Mostacha es sencillo: nos conocimos en uno de esos grupos de turistas multinacionalidad, supercostrosos en los que es relativamente sencillo destacar si te lo propones. Ella, unos 50 años, gafas anticuadas, media melenita teñida de naranja como burdo intento de integrarse entre los Leprechauns irlandenses, germana, fea como una mona, pendientes de estrella, alta, espigada, con cara y rasgos andróginos, como del Proyecto Hombre y bastante hombre, por cierto, que la 'señora' apestaba a travestismo. En fin que me dejo de rollos, que este post tiene bien claro que uno de los verbos fundamentales en la vida es : destacar. Y para destacar, el mostacho que lucía la santísima.
Era una hilera negra de pelillos, que dividía en dos el espacio entre la nariz y el labio superior. Desafiante, bien perfilado y quizá más oscuro en uno de los perfiles. Perfectamente acompasado con el repertorio de gestos faciales de su dueña, de los que obviamente abusaba con tal de dar la nota un poco más, estático pero con cierta capacidad de movimiento, serpenteaba libremente por aquel rostro del infierno.
Y es que si se ha grabado muy dentro de mí, no fué simplemente por su incorrección, su sinmedida y su absoluta falta de sentido de la estética y de sentido a secas, sino por un interrogante. ¿Qué cosa lleva a una mujer con clara capacidad de convertirse en el ombligo de un grupo y de destacar, a lucir un bigote, un mostachón, un defecto físico de ese repugnante calibre? Esta vez mi obsesión ha tomado forma de pregunta y desgraciadamente para ti que lees, ¡forma de post!
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